viernes, 5 de octubre de 2012

EL SUICIDIO DE LAS MARIPOSAS


De un tiempo hasta entonces todo movimiento se había detenido.
Quiso hacer un estudio de campo, comprobar en primera persona la comodidad que suponía el limitarse a respirar con movimientos involuntarios.
La teoria del deslizamiento llevada al extremo... abandonando los principios por los que habría matado durante esos 35 años.
Todo estaba tan revuelto que continuar defendiéndolos acabó convirtiéndose en una causa perdida... y apenas quedaban ganas ya de sentirse una heroina.

No era desánimo... Estaba sumida en la más absoluta de las indiferencias... ( pero no acababa de acostumbrarse al nuevo estado) ; simplemente era la comodidad del periodo de hibernación que le habia tocado vivir.

- En su defensa señor juez, diré que mi cliente en ningún momento llegó a olvidar quien era, quien habia sido o que pretendía ser.
La defensa presenta como prueba más de mil quinientas fotos publicadas por triplicado en la red.
Alegamos la "falta de acción" como un no movimiento en defensa propia. De todos es sabido que la mejor defensa en ocasiones es no hacer nada.

La acusada no dejaba de mirar la cara de su abogado, hubiera dado cualquier cosa por interrumpir su monólogo en tercera persona... pero era lo pactado - no abras la boca o perderemos el caso- (nunca supo mentir).

Se revolvia en el banquillo de los acusados, como si su mente hubiera salido de su cuerpo, contemplaba toda la escena a través de un plano cenital... y se imaginaba  retratando lo irónico de este juicio desde arriba con su cámara.

Punzadas, cientos de alfileres... no habia forma de seguir un minuto mas quieta en esa máldita silla perdiendo el tiempo en ese estúpido juicio que ya no "venia al caso"

La justicia es siempre tan lenta en resolver que cuando llega el momento de celebrar el juicio todas las circunstancias han dado un giro de ciento ochenta grados.

De repente apareció la risa nerviosa, y su cara cambió... reconocía los síntomas ... pero.... ¡¡ era imposible¡¡¡ ¿ahora? ¿porqué? ... llegó un punto insoportable de alfileres y risa contenida... estaba a punto de estallar ... Habia llegado el momento de seguir avanzando... era la señal... el fín del no movimiento ...

No había nada que perder, no le importaban lo más minimo ni el juez, ni los abogados, ni lo que el aburrido público de la sala opinaria cuando se levantara y saliera corriendo.

Sentía los latidos acelerados ... todo estaba a punto de estallar y esta vez no queria ni podia hacer nada por evitarlo.

Se la jugó: abrió la boca y miles de mariposas inundaron toda la sala... salían directamente del estómago.

Eran palpables, visibles y creibles... cuando todo estaba descartado ... a pesar de haberte marchado sola a casa aquella noche luchando contra su intuición...

Abandonó la sala pensando que el mundo se reducía hoy a una sola dirección...

De repente comprendió y todo empezó a arder sin preaviso.... ahora que nos amamos fuego somos donde las mariposas se suicidan.